En una ciudad como Madrid, donde la oferta gastronómica es amplia y cambiante, existe un lugar que ha sabido mantener su esencia durante más de medio siglo. Fundado en 1966, Al-Mounia no es solo un restaurante; es un emblema cultural que representa la elegancia, el refinamiento y la autenticidad de la cocina marroquí en su máxima expresión.
Un legado construido con artesanía y visión
Al-Mounia nació tras tres años de construcción meticulosa, utilizando técnicas y materiales tradicionales marroquíes. Cada mosaico, cada talla en madera y cada elemento decorativo fue elaborado por artesanos especializados, muchos de ellos formados en las mismas escuelas que restauran la Alhambra. El resultado: un espacio que evoca el esplendor de los palacios de Marrakech, trasladado al corazón del Barrio de Salamanca.
Un enclave histórico
Durante décadas, Al-Mounia ha recibido a personalidades del mundo de la política, la cultura y la realeza. Su discreción, servicio impecable y ambiente envolvente lo han convertido en un refugio elegante para quienes buscan algo más que una buena mesa: una experiencia memorable, íntima y cargada de significado.
Autenticidad gastronómica con carácter
La carta de Al-Mounia es una declaración de principios. Platos como el tajín, el mechoui o la pastela son preparados siguiendo recetas tradicionales, con un enfoque respetuoso hacia la técnica y la materia prima. Todo ello acompañado de tés morunos elaborados en el momento, dulces árabes y una cuidada selección de mocktails.
Tradición que se reinventa
Más allá de su legado, Al-Mounia ha sabido evolucionar. Hoy, su renovado enfoque visual, su apertura hacia nuevos públicos y su apuesta por las experiencias culturales lo posicionan como un restaurante de referencia no solo para quienes valoran lo clásico, sino también para una nueva generación que busca autenticidad y excelencia en cada detalle.
Al-Mounia: donde la historia de Marruecos se vive en Madrid.
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